Un año sin Caro

Hoy se cumple un año exactamente de la última vez que Carolina y yo pudimos disfrutar mutuamente de nuestra compañía. Ese día la recogí en la escuela a mediodía y vinimos a casa a comer, conjuntamente con mi hermana Silvia y mi sobrina Mariela, que por aquél entonces se encontraban de visita en Blanes.

Carolina disfrutó por única vez de los juguetes que recibió por mi parte y de sus parientes argentinas: el perro Zoomer, el león Kokum y la Nintendo PS4 con un juego de crear personajes que ahora no recuerdo el nombre.

Ese mismo día pero a las pocas horas después, a las 17, estalló la “bomba” que se venía armando todos estos años: su madre se presentó en la escuela, y aunque la tutora estaba advertida de que era un  miércoles y no le correspondía, se la llevó por la fuerza profiriendo toda clase de improperios. De nada sirvió que vinieran los Mossos a intentar poner paz: la madre se enrocó, por ponerle un término ajedrecístico, y no hubo manera de hacerla entrar en razón. Lamentablemente, la reforma del Código Penal en 2015 ya no castiga los incumplimientos de forma penal, sino de forma civil, lo que obliga a pasar por los Juzgados con abogado y procurador. A partir de ese entonces, todo fue a peor, además de que nunca más conseguí volver a estar con Carolina. Sí que conseguí hablar con ella un par de veces más, y le prometí que todo se arreglaría (Carolina, si me estás leyendo, la promesa sigue en pie, todo se va a arreglar), que esto no tenía nada que ver con ella sino que era una cosa entre su madre y yo.

Esta es una de las últimas fotos que tengo de Caro, la tomamos cuando tuvo que inscribirse en la escuela en septiembre del 2015.

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También encontré un vídeo, de casi un año antes, octubre del 2014, en donde le dedicaba un feliz cumpleaños a mi amigo Alexander Hernández.

¿Novedades por parte de la Justicia? ¿De la Policía? Se siguen dando pasos en el buen camino. Aún no puedo dar más datos, pero sí que tenemos al menos algo: aunque no han localizado aún a Carolina, sí que han podido establecer contacto con su madre. Espero que a través de la mediación se consiga solucionar todo este tema.

Elmira tiene que comprender que no podrá seguir huyendo eternamente, Caro necesita un hogar estable, a su madre y a su padre. Por mi parte, siempre estaré dispuesto a alcanzar un acuerdo por el bien de nuestra hija. Y tal como dije en la entrevista que me realizaron en TV3, en ningún caso quiero represalias contra la madre: estoy dispuesto a retirar todas las denuncias presentadas en los Juzgados si Carolina regresa a casa. Está en tus manos, Elmira.

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