2005: Conozco a Elmira Kruglova en unas vacaciones en San Petersburgo. Al hablar ella castellano, la comunicación se hace fluida y mantenemos el contacto por e-mail, skype y otros medios.
Junio 2006: Elmira viaja a España y hablamos de formalizar la relación. Estamos juntos durante un mes recorriendo algunas ciudades españolas. El contacto se mantiene. A finales del 2006, ella viene a España a quedarse definitivamente.
Marzo 2007: Contraigo matrimonio con Elmira en el Registro Civil de Alicante.
Enero 2008: Nace Carolina Dinara Salgado Kruglova.
Julio 2008: La relación con Elmira comienza a deteriorarse. Tiene una absoluta obsesión por la niña y proclama todo tipo de supersticiones que tengo que acatar. No se la puede contradecir, porque se pone violenta y agresiva.
Diciembre 2008: La relación con Elmira está rota. Comenzamos a pasar apuros económicos y ella se niega a trabajar, justificándose que tiene que cuidar de Carolina. Tengo que sacar adelante como puedo la situación, poniendo en venta el piso que había adquirido en 2006, en plena burbuja inmobiliaria.
Diciembre 2009: Consigo vender el piso a un 40% menos del valor de compra y al menos librarme de la hipoteca. Nos mudamos a Girona. Elmira sigue negándose a trabajar diciendo que “no le gusta la ciudad”. Me agrede físicamente.
Noviembre 2010: La economía ha comenzado a mejorar. Comienzo a dar clases de ajedrez en varios clubes y escuelas. Nos mudamos a Platja d’Aro.
Noviembre 2012: Nos volvemos a mudar, esta vez a Blanes. Se reducen los gastos de alquiler y aumentan los ingresos. Carolina ya tiene casi cinco años.
Abril 2013: Presento una demanda de divorcio a Elmira, que se lo toma muy mal: me amenaza con no dejarme ver más a la niña y me amenaza diciéndome “te va a salir tan duro que te recomiendo que te vuelvas a Argentina”. Vuelve a agredirme. No me deja ver a Carolina.
Junio 2013: Los abogados logran reconducir la situación y se llega a un divorcio de mutuo acuerdo. La patria potestad es compartida aunque yo le cedo la guarda y custodia a cambio de un régimen de visitas muy amplio (prácticamente la mitad del tiempo).
Octubre 2013: Se formaliza el divorcio. Elmira encuentra otra pareja, lo que a mí me da cierta tranquilidad de que no va a marcharse con Carolina.
2014 y 2015: La relación con Elmira es muy fría. Bajo cualquier excusa, me comienza a recortar el régimen de visitas. Para evitar discusiones y conflictos, voy aceptando dichas reducciones. Según el acuerdo, me correspondían siete de catorce días, y me quedo sólo con tres. Lo acepto por el bien de Caro.
Enero 2016: Elmira pretende recortarme el único día que me quedaba entre semana, y le digo que no lo voy a aceptar. Inmediatamente reacciona incumpliendo totalmente el régimen de visitas, no dejándome ver a Carolina ni comunicarme con ella.
A partir de enero 2016 todo se precipita: comienzan demandas ante el Juzgado, denuncias por incumplimiento, denuncias falsas por su parte, y me mantiene la incomunicación total con mi hija.
En breve comenzaré a publicar todo tipo de detalles con documentación.