Carolina, no sé que estarás haciendo ahora, ni siquiera sé exactamente donde estás. Por lo que me voy enterando, por algunos e-mails que envía tu madre a sus allegados, en algún lugar de San Petersburgo.
Supongo que no tendrás acceso a un ordenador con internet, y aunque lo tuvieras, estoy seguro que tu madre controlaría todo lo que haces. No sé que mentiras te habrá contado, quizá te ha dicho que te he abandonado, que me he olvidado de ti, que me he vuelto a Argentina….
Pero no, amor mío. Tu papi está aquí, escribiéndote y echándote de menos, mirando de forma optimista de que cada día que pasa es un día menos que falta para que nos volvamos a ver. Yo sé que sabes buscar en Google, lo hiciste en abril del 2014, con poco más de 6 años, y te saqué una foto.
Ese día habíamos ido a una feria en el Passeig Marítim de Blanes y te había fascinado como se hacían las “brochettes” de frutas. Y me preguntaste cómo hacerlo, y te dije que buscaras en Google como hacerlas… “¿Qué es google, papi?” me preguntaste, y yo te dije “Google está en el ordenador, y tiene respuestas a (casi) todas tus preguntas”.
Algunas de tus preguntas, a día de hoy, pueden ser ¿Dónde está mi papi? ¿Por qué ya no lo veo? ¿Por qué me he venido a vivir a Rusia? ¿Es verdad que se ha marchado? ¿Es verdad que se ha olvidado de mí?
Carolina Dinara, amor mío. Estoy deseando que te hagas estas preguntas y encuentres este blog. Y puedo adelantarte las respuestas: Nunca, jamás, pase lo que pase, te abandonaré. Siempre estaré a tu lado para lo que me necesites. Y sé que ahora me necesitas más que nunca. Ojalá puedas encontrarme.
Te echo muchísimo de menos, Carolina.