Se está yendo el 2016, apenas le quedan una cincuentena de horas. Y por fin, porque no recuerdo, en toda mi vida, haber pasado un año entero tan amargo. Ha sido prácticamente desde empezar, desde el 20 de enero que ya no pude estar más con Carolina…
Soy bastante escéptico, pero recuerdo que una amiga numeróloga me decía que el número 16 iba a estar presente en muchas situaciones difíciles de mi vida, y es verdad que ya había acertado alguna. Pero esta es la peor de todas las que me ha tocado vivir. Sin saber donde está mi hija, si está bien, sin poder hablar con ella, decirle lo mucho que la quiero y que la echo de menos….
Hace un par de días soñé con Carolina. Y esta tarde tuve la inspiración de componerle la poesía que transcribo a continuación. Espero que os guste y si es así, compartidla.
¡Bienvenido 2017!
Una lágrima cae por las mejillas de una niña
que mira al horizonte sin entender
porqué está tan lejos de su hogar.
El viento norte hiela su nariz y sus manos
un escalofrío recorre su cuerpo
Un grito silencioso no obtiene respuesta.
Lejos al oeste, un hombre lucha sin descanso
para poder reencontrarse, fundirse en un abrazo
No la ha abandonado, ni nunca lo hará.
En un país frío y de raras costumbres
ella se pregunta si es para siempre
Porque no cree que él la haya olvidado.
“Papi, te echo mucho de menos” le dijo en un sueño
Un sueño que él también tuvo y supo que
a pesar de la distancia las almas siguen juntas.
Sus ojos de cielo miran la puesta del sol
Y aunque es un día más sin noticias
es un día menos para el reencuentro.
Se acaba ya un año de tristeza y soledad
un año sin lo que sólo un padre puede dar
Pero uno nuevo llega con esperanzas.
Tu padre irá a buscarte, niña de ojos azules.
Sin descanso, hasta traerte de vuelta.
Detrás del sol está él, luchando por ti.
Carlos Salgado Allaria
29 de diciembre de 2016