El 23 de abril es un día señalado en el calendario catalán. Se conmemora la Diada de Sant Jordi, en donde los hombres regalamos rosas a las mujeres, esas rosas “surgidas de la sangre del dragón derrotado”, y ellas nos regalan libros, por ser también el “día del libro”, al recordar el fallecimiento de Cervantes y Shakespeare.
Desde muy pequeña, Carolina tuvo su rosa el día de Sant Jordi. Una rosa especial para los niños, hecha de gominolas dulces. El año pasado quería, además de la rosa de gominolas, darle una rosa propiamente dicha, porque ya se está haciendo toda una mujercita. Lamentablemente, no pude verla ya que mi ex-mujer incumplía sistemáticamente el régimen de visitas. Lo único que pude es hacer esta foto y subirla a Facebook:
Una foto que no estuvo exenta de críticas porque quien no conoce la Diada de Sant Jordi hace pensar que pudiera ser una lápida. Pero no, no pongo en duda que mi hija sigue viva y que más tarde o más temprano conseguiré localizarla y hablar con ella. Debo decir que las cosas se están moviendo, no tan deprisa como me gustaría, pero tanto el Juzgado como la Policía están dando pasos agigantados en la buena dirección. No puedo explicarlo aquí para no perjudicar la investigación, solo mencionar que estamos avanzando.
¿Y qué hago mientras la Justicia sigue su curso? Hacer lo que he venido haciendo desde que se confirmó la sustracción parental de Carolina. Todo lo que esté en mi mano para dar a conocer el caso y que me permita recaudar dinero para sufragar la enorme cantidad de gastos a los que hay que hacer frente.
Por eso, el próximo 23 de abril, en el carrer Ample de Blanes, montaremos una parada informativa en donde venderemos rosas y libros. Aunque falta consensuar los precios definitivos, serán los mismos que tengan las otras paradas (las rosas a unos 3€ y los libros de 1€ a 5€). Cuento con una gran cantidad de libros, que me han regalado para ponerlos en venta, os subo unas fotos por si ya queréis echar una mirada de lo que hay… aunque próximamente haré un índice y entonces sí que podréis hacer “reservas”.
Por cierto… y lo más importante de este post: Carolina ganó, en el 2016, el Concurs de Sant Jordi (ciclo inicial) en la Escola Quatre Vents, que trataba sobre El Quijote. Pero no pudo ir a recoger su premio ya que su madre -en pleno maremágnum de incumplimiento sistemático del régimen de visitas- no la envió a la escuela ese día, porque me tocaba a mí recogerla… Que sepa, si lee estas líneas, que se le está acabando el tiempo para rectificar y que todo el peso de la ley caerá sobre ella… Mi mano sigue tendida para negociar y así se lo he transmitido a mis abogados: que regrese con Carolina a España y por mi parte retiraré todas las denuncias, además de hacer todo lo que esté en mis manos para evitar que pise la cárcel. Porque no tengo ni sentimientos ni ánimos de venganza, sino solucionar las cosas y que Carolina pueda disfrutar tanto de su padre como de su madre.
Aquí tenéis el dibujo con el que Caro ganó el premio el año pasado y la mención a su triunfo:
¡Os espero el 23 de abril en la parada “Carolina, queremos que vuelvas a casa” en el carrer Ample de Blanes!