Ayer se celebró el “Día Nacional de las personas desaparecidas”. La Asociación SOS Desaparecidos estuvo presente en Madrid en un acto en donde los familiares recuerdan a sus seres queridos. Casos hay de todo tipo, desde menores hasta adultos y algunos llevan sin resolverse desde hace más de 10 años: “Miles de familias hemos aprendido a sobrevivir, a levantarnos después de cada caída; hemos aprendido que nuestras lágrimas, lejos de la compasión, son el revulsivo para la lucha, el tesón y la fe por encontrar a nuestro ser desaparecido“.
El acto contó con la presencia del Ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, y el titular de la noticia dada por RTVE es tramposo: hablan de que la mayoría de los desaparecidos son hombres de entre 35 y 50 años, cuando realmente las dos terceras partes de las denuncias son respecto a menores. Pero (y este es un PERO con mayúsculas) “Zoido ha detallado que solo un 9,35% son de alto riesgo, ya que el resto se explican, en su mayoría, por problemas familiares en los que los investigadores entienden que no es necesario activar los protocolos de búsqueda.“
¿Por qué no definimos “problemas familiares”, ya que supongo que mi caso se incluye en ese grupo? ¿Consideráis sencillamente un “problema familiar” que mi ex-mujer se haya negado sistemáticamente a cumplir el régimen de visitas, haya sustraído a la niña ilegalmente del país, nos haya dado pistas falsas sobre su paradero, y continúe insultándome y calumniándome a la distancia, cuando muy probablemente esta mujer padece un trastorno mental? ¿Una niña con nacionalidad española, que ha vivido aquí toda su vida y se la han llevado -muy probablemente- a un país del tercer mundo, no es importante para el Estado Español?
O sea, no se activan los protocolos de búsqueda por la típica excusa (que ya me han dicho muchas veces) “…está con la madre…” como si eso valiera y fuera suficiente. La madre biológica que legalmente ya no tiene derechos sobre Carolina, puesto que ha perdido la patria potestad y la custodia. Y la otra excusa “… la niña no sufre maltrato…” cuando probablemente no lo sufra físico, pero ¿Y el maltrato psicológico? ¿Acaso la Fiscalía no emitió un Decreto de Incoación de procedimiento de menores en riesgo en donde se investigara un posible maltrato psicológico sufrido por mi hija?
¿Quién repara el daño que está sufriendo mi hija, arrancada de su entorno, de su padre, de sus amigos, de su barrio, de su escuela? ¿Quien repara la incomunicación que está sufriendo actualmente? Hace seis meses que ni yo sé donde está, ni ella puede ponerse en contacto conmigo. ¿No existe protección del menor?
Un secuestro parental es un acto de violencia, de maltrato psicológico, contra un menor de edad, y debería ser castigado de la misma forma que se castiga a aquellos que ejercen violencia, física o psicológica contra su pareja o ex-pareja. No existe ninguna justificación para un secuestro parental. Para algo existen las leyes, los jueces y juezas, y el estado de Derecho.
Por supuesto, yo seguiré luchando hasta conseguir que Carolina vuelva a casa. Y si los organismos oficiales no se molestan en buscarla, ya me ocuparé de hacerlo.