Post en caliente.
Post escrito a la 1 de la mañana, cuando apenas he llegado a casa después del concierto de Uxue y Queiruga primero, y The Moonlight Doors después, en La Cooperativa de Blanes.
Concierto por una causa noble, por una causa justa, por el regreso de Carolina. Por la lucha que estoy sosteniendo desde enero de 2016, por ejercer mis derechos como padre, y más importante aún que eso, por los derechos de Carolina a tener un padre.
Después de haber escuchado, desde el más allá, a Amy Winehouse y a Jim Morrison, llega el momento de poner los pies en la Tierra y saber que Carolina sigue desaparecida y sin saber donde está.
Pero que sepas, Carolina, que tu padre te busca. Día y noche. Y sueña contigo. Y no abandonará nunca está partida de ajedrez, aunque mi adversaria me haga trampas y cuando esté punto de recibir mate quite al rey del tablero y lo sitúe en la otra punta. Y a pesar de que el juez dictamine que tengo razón, pero no hace nada para que se tomen las medidas adecuadas para transformar la ley en realidad.
La realidad es que hace más de ocho meses que no sé de ti. Y la realidad es que no hay nada más grande que el amor que siento por ti. Que nada ni nadie podrá detenerme. Y que seguiré luchando incluso más allá de mis fuerzas. Hasta que vuelvas a casa.
Te quiero, hija mía.